Como se reportó oportunamente en
cierto blog ahora abandonado, un gato negro que a pocos días de nacido lucía esta sospechosa facha
fue nombrado Propio por su dueño, es decir, yo mero. Como también se mencionaba en aquella ocasión, nació un 11 de septiembre por lo que en esta casa en vez de recordar atentados y cosas que no nos competen, nos dedicamos a celebrar el cumpleaños de Propio.
Tras cuatro visitas al veterinario sin hacer pancho y habiendo varios testigos constatado que iba sentado muy quieto en el asiento del copiloto, así como habiéndose observado que es muy amigable con todas las chicas que llegan a visitarlo (y a su dueño, claro) se decidió arbitraria y unánimamente que en lo sucesivo se le conocería como Propio el Propio.
Su apariencia ha cambiado a lo largo de los meses y pronto dejará de comer Proplan Kitten; tal vez algún día nos refiramos a él como Don Propio. Véase:
Pasa sus días comiendo, durmiendo, calentando pies, practicando kung fu, robando jamón recién llegado del súper, cazando mariposas, pasando cucarachas a mejor vida, comiendo burbujas de plástico, ignorando el nuevo afilador de garras, atisbando la lluvia por la ventana y robándole pulseras a las chicas. Él sí sabe vivir.